El hecho de que el Universo actual, tal y como lo observamos, procede de un estado en el que sus componentes estuvieron sometidas a altísimas densidades y temperaturas, está hoy en día contrastado experimentalmente. Para deleite de los físicos, todavía tiene sus retazos por coser, lo que significa que podemos seguir disfrutando, quebrándonos la cabeza en busca de esa teoría que abarque absolutamente todo, sin arrugas ni hilvanados. Pero lo cierto es que, hasta ahora, todos los datos experimentales están en sorprendente acuerdo con el Modelo Cosmológico Estándar, que explica la evolución del Universo desde este estado inimaginablemente concentrado hasta lo que vemos en la actualidad cuando nuestros telescopios apuntan al cielo.
El modelo cosmológico estándar
El Modelo Cosmológico Estándar constituye uno de los pilares de la física moderna. Gracias a la combinación de la Relatividad General y el Modelo Estándar de la Física de Partículas, es posible acomodar una larga lista de observaciones cosmológicas. Para ello, resulta necesario considerar un universo en expansión en el que encontramos ingredientes tan misteriosos como la materia y energía oscuras.